Cada familia es un mundo,
un mundo lleno de vida,
un mundo de alegrías,
de risas,
de sueños
pero también en algunos momentos...
de tristeza y melancolía.
Un mundo donde hay momentos buenos
y otros que no lo son tanto,
un mundo lleno de sabores y sinsabores,
de palabras y de silencios,
un mundo lleno de contrastes, de esos que no te hacen sentir indiferente.
La familia crea lazos a tu alrededor para toda la vida,
algunos invisibles, otros no tanto,
pero todos de una forma u otra nos mantienen aferrados,
unidos por la sangre, unidos por el cariño,
unidos por la complicidad o simplemente por un destino.
Y en la distancia…
echas de menos el calor de la familia,
los besos, los abrazos, la risas y hasta los pequeños regaños…
Que tesoro es tener una familia, para amar y ser amado.
un mundo lleno de vida,
un mundo de alegrías,
de risas,
de sueños
pero también en algunos momentos...
de tristeza y melancolía.
Un mundo donde hay momentos buenos
y otros que no lo son tanto,
un mundo lleno de sabores y sinsabores,
de palabras y de silencios,
un mundo lleno de contrastes, de esos que no te hacen sentir indiferente.
La familia crea lazos a tu alrededor para toda la vida,
algunos invisibles, otros no tanto,
pero todos de una forma u otra nos mantienen aferrados,
unidos por la sangre, unidos por el cariño,
unidos por la complicidad o simplemente por un destino.
Y en la distancia…
echas de menos el calor de la familia,
los besos, los abrazos, la risas y hasta los pequeños regaños…
Que tesoro es tener una familia, para amar y ser amado.
Meridien, 2015
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