Mi sangre está en plena efervescencia, dominando mis instintos más salvajes, aquellos que salobran el gusto por la vida, modelando la morfología de los sentidos fehacientemente, de hecho, hoy las horas se hacen eternas al no tenerte cerca para saciar esa sed que se afana en medrar y proliferar entre mis labios, ya ávidos de su recompensa más preciada, tus besos. Y he de resignarme, no por mucho tiempo, no lo permitirán mis insaciables impulsos, no me dejarán sola en esta coyuntura, tiempo al tiempo, es mayor el deseo que el propio raciocinio, o el más franco y sincero aforismo. No puedo fingir indiferencia hacia lo que siento, seria negarme, seria inexacto e imprudente, yo soy, aquello que siento. Meridien
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible