Dónde buscar esa dulzura que se esconde, que se oculta tras la seriedad de un rostro, que decidió contenerse en el rincón más sombrío, con tal de no ser encontrada. Dónde atrincheraste la ternura que se hallaba en tu ser y que sólo concediste a una privilegiada, dónde, no es visible ningún rasgo de afecto ni cariño, ni es palpable el amor que tanto evocas, ni siquiera hay lirismo en tus intentos de condescendencia. Ya no me convencen tus palabras, pues los hechos hablan por sí mismos, tu deferencia es mi nostalgia y tu vacuidad mi desapego. Meridien
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible