Sigo el mapa táctil de tus labios, ese entorno carnoso y tierno, lleno de un encanto singular, sigo su reccorrido con la yema de mi dedo índice y en los descansos con el pulgar. Y me enamoro de su tacto y me muero por poderlos saborear y morderlos suavemente, captando su esencia vital. Ardo en deseo de probarlos, de saber de su humedad con la piel de mis labios sobre tus labios, para tomar la temperatura real. Sigo el mapa táctil de tus labios, con mis manos, con mi corazón, con mi pensamiento, con mi razón. Y ardo en pasión desmesurada por poderlos degustar, pero tan sólo tienen permisos mis manos, lo demás debe esperar. Meridien
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible