Nadie sabe que es el dolor hasta que lo siente, puede intuirlo, percibirlo, imaginarlo, pero no puede sentirlo hasta que el dolor se apodera de él. Hay diferentes clases dolor e incluso de intensidades que te hacen sucumbir hasta lo más profundo, hasta la oscuridad de un color negro intenso jamás imaginada, apagando la luz que te envuelve y consumiéndote a paso lento, sin prisas, porque se sabe ganador.
Pero de vez en cuando, los valientes lo miran a la cara y tienen el valor de decirle que lo van a vencer, que no se dejarán hundir en ese océano de dolor y que por el contrario, lucharán con todas su fuerzas, hasta conseguir vencerlo o por lo menos habiéndose enfrentado a él.
Es lícito tener miedo, es lícito caer, pero también hay que saber levantarse, mirar hacia arriba y no dudar en que la vida es algo más que dolor, que se puede vivir en una conti...
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible