A mi puerta han llamado aquellos recuerdos amargos,
donde la incomprensión y la envidia golpearon sin cesar,
donde las apariencias engañaban,
donde la amistad era simplemente utilización.
Me he vuelto a sentir utilizada,
he sentido el amargo sabor de aquellos días,
donde una sonrisa era odio
y donde el odio era incombustible.
Y en aquel tiempo pensaba que sería fácil olvidar,
que el perdón era algo innato,
que el rencor no tenía que surgir,
y que el amor debía apagar cualquier rescoldo.
Pero aún siento esa amargura,
esa desolación y desconsuelo,
y es que aunque el tiempo avanza,
las actitudes no siempre cambian.
Comprendo su actuación desde la distancia,
pero no entiendo tanta frialdad,
esa apatía por mi persona
y esa continua agresión sin más.
Tal vez un día pueda verlo todo con más claridad
o quizás se vuelva efímera la verdad,
quien sabe si alguna vez mi memoria olvidará, o no podrá.
Meridien, 2007
donde la incomprensión y la envidia golpearon sin cesar,
donde las apariencias engañaban,
donde la amistad era simplemente utilización.
Me he vuelto a sentir utilizada,
he sentido el amargo sabor de aquellos días,
donde una sonrisa era odio
y donde el odio era incombustible.
Y en aquel tiempo pensaba que sería fácil olvidar,
que el perdón era algo innato,
que el rencor no tenía que surgir,
y que el amor debía apagar cualquier rescoldo.
Pero aún siento esa amargura,
esa desolación y desconsuelo,
y es que aunque el tiempo avanza,
las actitudes no siempre cambian.
Comprendo su actuación desde la distancia,
pero no entiendo tanta frialdad,
esa apatía por mi persona
y esa continua agresión sin más.
Tal vez un día pueda verlo todo con más claridad
o quizás se vuelva efímera la verdad,
quien sabe si alguna vez mi memoria olvidará, o no podrá.
Meridien, 2007
Comentarios