Guárdate para tí tu lengua afilada,
tus miradas de decepción, de furia o de discriminación,
busca en tus entrañas el mal que te corroe,
que no te deja ver con claridad
y que causa dolor a los que te quieren.
Escúchate por una vez,
y piensa si contienen verdad tus palabras,
si tus gestos son el afecto hacia quien los regalas con tanta facilidad,
si tu verdad es la certeza de los demás
o simplemente te dejas llevar por tu delirio.
Cuan fácil es hablar por hablar,
decir por decir,
y oir sin escuchar.
Así de fácil como acusar sin conocer el hecho,
de recriminar con aires de grandeza,
entristecer a quien recibe tus desdenes, herir sin más.
Desconozco el porqué del veneno de tus palabras,
tu facilidad parar herir en lo más profundo,
tu despecho por mis acciones
y tu incomprensión para mi verdad.
tus miradas de decepción, de furia o de discriminación,
busca en tus entrañas el mal que te corroe,
que no te deja ver con claridad
y que causa dolor a los que te quieren.
Escúchate por una vez,
y piensa si contienen verdad tus palabras,
si tus gestos son el afecto hacia quien los regalas con tanta facilidad,
si tu verdad es la certeza de los demás
o simplemente te dejas llevar por tu delirio.
Cuan fácil es hablar por hablar,
decir por decir,
y oir sin escuchar.
Así de fácil como acusar sin conocer el hecho,
de recriminar con aires de grandeza,
entristecer a quien recibe tus desdenes, herir sin más.
Desconozco el porqué del veneno de tus palabras,
tu facilidad parar herir en lo más profundo,
tu despecho por mis acciones
y tu incomprensión para mi verdad.
Meridien, 2007
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