Siento esta presión sobre mí,
cortando mi respiración,
deseando que todo pase de un modo fugaz.
La angustia se está convirtiendo en permanente
y yo poco a poco estoy perdiéndome en la oscuridad.
No creía que tu indiferencia podría llegar a doler tanto,
no pensaba ni por un momento que yo era otra más,
y desde ahora, la realidad se ha hecho más dura.
Siento miles de agujas en mi corazón,
entrando y saliendo rápidamente de él,
hiriéndolo de dolor,
y sin embargo, no las veo, no las puedo coger.
Tengo el corazón malherido,
la garganta entre tus manos
y mis ojos desbordados de la sangre de mi alma.
No pensé que dolía tanto,
que tu silencio fuera tan fuerte,
para que desde la lejanía,
fuera capaz de golpearme una y otra vez contra la realidad.
Y ahora ya no puedo más,
el dolor embarga todos los rincones,
ni el llanto me puede calmar,
y todo por ser cobarde.
cortando mi respiración,
deseando que todo pase de un modo fugaz.
La angustia se está convirtiendo en permanente
y yo poco a poco estoy perdiéndome en la oscuridad.
No creía que tu indiferencia podría llegar a doler tanto,
no pensaba ni por un momento que yo era otra más,
y desde ahora, la realidad se ha hecho más dura.
Siento miles de agujas en mi corazón,
entrando y saliendo rápidamente de él,
hiriéndolo de dolor,
y sin embargo, no las veo, no las puedo coger.
Tengo el corazón malherido,
la garganta entre tus manos
y mis ojos desbordados de la sangre de mi alma.
No pensé que dolía tanto,
que tu silencio fuera tan fuerte,
para que desde la lejanía,
fuera capaz de golpearme una y otra vez contra la realidad.
Y ahora ya no puedo más,
el dolor embarga todos los rincones,
ni el llanto me puede calmar,
y todo por ser cobarde.
Meridien, 2007
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