Dices que soy princesa
y yo me pregunto de que reino,
dices que mis súbditos me adoran,
que se rinden ante mí,
pues sin duda alguna, es un reino feliz.
Y en ese lejano paraje,
no hay conflictos, ni hambre, ni sed,
que las estrellas brillan cada noche para acompañar a quien lo desee,
mas la gente sonríe, ríe y es feliz,
crean bellos cantares que recorren la tierra sin fin.
Y yo me pregunto de que sueño,
de que desvelo o pensamiento,
surgió este intento de convertirme en princesa,
yo no lo siento, no veo mi reino, no oigo los cantares,
no me preguntes por qué, pues no lo sé.
Creo que ese reino está en tus sueños,
que está en tus pensamientos,
que es donde tu me haces princesa de este lindo cuento,
más no me importa que tú así lo creas,
que tú así lo veas o lo sientas,
si eso te hace feliz, para mí ya vale,
pues me alegro de tu felicidad,
de tu bello rostro sonriente,
de tus ganas de jugar, soñar y ser valiente.
Si en tus sueños me haces princesa,
si en todos ellos hay belleza,
amor, libertad y bienaventuranza,
debes ser un corazón, que está lleno de esperanza.
No dejes de soñar nunca,
no dejes que nadie condene tus sueños,
sé niño cuando tú quieras, cuando tú lo desees,
el tiempo es tuyo y la imaginación está a tu alcance.
Meridien, 2007
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