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Se difumina este sueño

He olvidado lo que quise escribir en mis hojas blancas,
lo que anoche con tanto desvelo surgió de mi pensamiento,
cuando esa luna medio rasgada me hizo temblar de frío,
cuando ese manto de estrellas recuperó mi sentido.
Sé que trataba de amor y compresión,
de acercamiento y de ilusión,
mas ahora recordar no puedo, tan sólo siento sus efectos.
Y en estos momentos, miles de mariposas revolotean en mi estómago,
no sé que hacen allí, no sé por donde vinieron, pero atraparlas no puedo.
Quizás fueran pensamientos de un amor dialéctico,
de un amor leal y perfecto, tenaz y consecuente,
tal vez fuera de un amor delirante,
de un amor puro o quizás de un sueño entre los tuyos.
Trato de recordar y no puedo,
es una lucha obstinada entre mi consciente e inconsciente,
un baile entre sucesos, una experiencia liberada,
una ignorancia emotiva.
No es fácil recordar aquello que se esconde,
que quiere permanecer más allá de tu alcance,
el tiempo se ha acabado, mi sueños se empiezan a difuminar.
Pero una huella se bate en este silencio,
en este dulce despertar,
restando importancia a lo acontecido,
sumando amor un día más.
Sea quizás que me muero por conocer lo que hay en mi interior,
o tal vez por esta inusual sensación,
este deseo irrefenable por conocer lo que sucedió,
o esta extenuante emoción.
Quizás deba sacar mi cazamariposas y salir a su encuentro,
sacarlas de mis adentros y liberarlas hacia el cielo,
despuntar mis sueños y manifestar mis sentimientos,
mas creo que ya los siento y eso implica destapar lo incierto.

Meridien, 2007

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