Eres aquél que creía en el presente y en el futuro,
que luchaba por ellos en el día a día,
que enseñaba a escuchar y a buscar,
que incitaba a moverse, a no ser estáticos.
Tú, con el alma de peregrino, viajante, incansable...
llegaste a conquistar nuestra atención y la hiciste tuya,
nos educaste en ese momento de nuestras vidas,
nos enseñaste a llenar nuestras mentes de sabiduría.
Con el tiempo esa semilla que sembraste,
arraigó en cada uno de nosotros,
maduramos, fructificamos, crecimos,
llegamos a formar parte de aquel mañana tantas veces citado.
Ahora desde la distancia sigues acrecentando nuestras esperanzas,
nos implicas en el transcurso del tiempo,
nos orientas en nuestras carreras,
relatas nuestras pequeñas hazañas a tus nuevos pupilos.
Eres aquél que alrededor del mundo viajas,
que das y que recibes,
que jamás olvidaste en la distancia,
tú eres aquél y éste,
aquí y ahora, allá y después.
que luchaba por ellos en el día a día,
que enseñaba a escuchar y a buscar,
que incitaba a moverse, a no ser estáticos.
Tú, con el alma de peregrino, viajante, incansable...
llegaste a conquistar nuestra atención y la hiciste tuya,
nos educaste en ese momento de nuestras vidas,
nos enseñaste a llenar nuestras mentes de sabiduría.
Con el tiempo esa semilla que sembraste,
arraigó en cada uno de nosotros,
maduramos, fructificamos, crecimos,
llegamos a formar parte de aquel mañana tantas veces citado.
Ahora desde la distancia sigues acrecentando nuestras esperanzas,
nos implicas en el transcurso del tiempo,
nos orientas en nuestras carreras,
relatas nuestras pequeñas hazañas a tus nuevos pupilos.
Eres aquél que alrededor del mundo viajas,
que das y que recibes,
que jamás olvidaste en la distancia,
tú eres aquél y éste,
aquí y ahora, allá y después.
Meridien, 2007
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