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No dejaré de ser yo

El odio y el rencor de tus palabras hieren en lo más profundo,
y aún así, no puedo negarte,
no puedo vedar que no exististe,
que por mi vida no cruzaste, no,
no puedo negar que creí, creo y creeré en la amistad,
aunque haya personas que desconozcan el sentido.

Quien eres tú para lastimarme en mi camino, hablar por mi boca,
para vomitar tu odio sobre alguien
que te quiso en la amistad que nos unió,
cuan sabio eres que conseguiste cambiar en mí,
todo lo bueno por lo no tan bueno,
pasar de sonrisas y risas,
a llantos y temores en la inquietud de mi persona.

No puedo negarme a sentir lo que siento,
pero puedo intentar olvidarlo en el tiempo,
dejar a un lado todo aquello que me hirió,
olvidar todo lo que sucedió.

No puedo negarme a vivir cada día,
a experimentar amor, a padecer dolor,
es parte de la vida,
no puedo negarme a sentir ese vaivén de emociones,
abrir mi corazón y lamentar que de nuevo lo hieren.

No puedo dejar de escuchar el pulso de la tristeza,
pero tampoco el de la alegría,
así que lucho cada día,
me ilusiono y dejo que mi alma y mi corazón,
sean los jueces de cada ocasión.

No puedo dejar de ver estrellas en el firmamento,
sueños entre las nubes,
amor que mece el aire que me envuelve.

Sé que vuelvo a estar en el límite,
aquél que no deseo conocer,
doloroso, injusto,
aquel que me niega todos los permisos que me concedí,
precisamente, ya no puedo dejar que me hagas más daño.

Meridien, 2007

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