Esperé tu llamada y nunca llegó
mi esperanza quedó vacía,
se rindió ante el silencio,
y sentí que me perdía,
fruto de la ocasión.
Quedaron atrás las ilusiones,
los planes de futuro,
la alegría de romper la monotonía
y sus efectos en mis adentros,
que tanto poder le concedían.
De nuevo asomó la sombra
que había intentado borrar,
de nuevo se puso frente a mí,
dejando el sol atrás,
me miró cara a cara,
me hizo sentirme mal,
ella salía victoriosa,
triunfadora en su acción
y yo me quedé sin nada,
fui un perdedor.
Sabor a derrota quedó en mi paladar,
herido el corazón,
por una llamada
que jamás aconteció.
Creí que era más fuerte,
pero esa oscura sombra me demostró,
que por mucha coraza que pusiera,
era fácil llegar a mi corazón.
Ahora de nuevo herido,
confundido y sin palabras,
ahora triste, pálido y mustio,
ahora de nuevo apagado por el destino,
presente vacío.
mi esperanza quedó vacía,
se rindió ante el silencio,
y sentí que me perdía,
fruto de la ocasión.
Quedaron atrás las ilusiones,
los planes de futuro,
la alegría de romper la monotonía
y sus efectos en mis adentros,
que tanto poder le concedían.
De nuevo asomó la sombra
que había intentado borrar,
de nuevo se puso frente a mí,
dejando el sol atrás,
me miró cara a cara,
me hizo sentirme mal,
ella salía victoriosa,
triunfadora en su acción
y yo me quedé sin nada,
fui un perdedor.
Sabor a derrota quedó en mi paladar,
herido el corazón,
por una llamada
que jamás aconteció.
Creí que era más fuerte,
pero esa oscura sombra me demostró,
que por mucha coraza que pusiera,
era fácil llegar a mi corazón.
Ahora de nuevo herido,
confundido y sin palabras,
ahora triste, pálido y mustio,
ahora de nuevo apagado por el destino,
presente vacío.
Meridien, 2007
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