Las páginas de mi vida se llenan con un beso cautivador,
dejando su huella escrita,
eterna, entrañable,
llena de un misterio acogedor,
resulta ser el principio de los que todavía están por llegar,
un beso cálido, ardiente,
rojo intenso, de pasional color,
surgido de unos labios incandescentes llenos de amor,
que se fundieron entre mis labios llenos de pasión.
Y las páginas pasan una a una,
relatando lo vivido,
escribiendo nuevos acontecimientos,
donde la imaginación un tanto curiosa
y los sueños pasionales
intuyeron esta intensidad que nos invade,
esa realidad un tanto encubierta
por el aliento de nuestros sueños
alimentados por la magia de las estrellas.
Y es ese primer beso un sorbo de nuestro amor,
que llenó nuestros cuerpos de encuentros apasionados,
y nuestra alma de dulzura
cautivada entre el roce de nuestros labios,
un beso que resultó ser el despertar de mi vida,
donde amar sin tiempo, sin prisas,
se convirtió en todo,
fue la esencia del amor que desprendía,
fue una gota de amor que apagó la sed que me invadía.
dejando su huella escrita,
eterna, entrañable,
llena de un misterio acogedor,
resulta ser el principio de los que todavía están por llegar,
un beso cálido, ardiente,
rojo intenso, de pasional color,
surgido de unos labios incandescentes llenos de amor,
que se fundieron entre mis labios llenos de pasión.
Y las páginas pasan una a una,
relatando lo vivido,
escribiendo nuevos acontecimientos,
donde la imaginación un tanto curiosa
y los sueños pasionales
intuyeron esta intensidad que nos invade,
esa realidad un tanto encubierta
por el aliento de nuestros sueños
alimentados por la magia de las estrellas.
Y es ese primer beso un sorbo de nuestro amor,
que llenó nuestros cuerpos de encuentros apasionados,
y nuestra alma de dulzura
cautivada entre el roce de nuestros labios,
un beso que resultó ser el despertar de mi vida,
donde amar sin tiempo, sin prisas,
se convirtió en todo,
fue la esencia del amor que desprendía,
fue una gota de amor que apagó la sed que me invadía.
Meridien, 2007
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