Vuelve la oscuridad a mi mente
ensombreciendo la belleza que me rodea,
pausadamente,
se abre camino entre mis pensamientos,
lentamente,
enfoca aquellos tristes recuerdos que creía perdidos,
hay heridas que parecen no sanar nunca,
hay pensamientos que se hunden en el vacío,
tormentas,
tristezas,
llantos y rostros desvanecidos,
hay infinitud de promesas al igual que miedos,
no puedo hacerte más daño
porque me lo hago yo misma,
este dolor empieza a ser demasiado para tu corazón
o para el mío,
no quiero restarte vida ni felicidad,
no quiero herirte sin más.
Somos conocedores de nuestros tormentos,
de aquello que nos provoca confusión,
somos el aliento de nuestras vidas
ahora llenas de temor,
temor a herirnos mutuamente,
temor a alejarnos,
a sucumbir a un desastre inminente.
No quisiera sentir lo que no siento,
no quisiera saber de esta angustia que absorbe mis pensamientos,
no, no quiero,
nadie merece oir tantos lamentos.
ensombreciendo la belleza que me rodea,
pausadamente,
se abre camino entre mis pensamientos,
lentamente,
enfoca aquellos tristes recuerdos que creía perdidos,
hay heridas que parecen no sanar nunca,
hay pensamientos que se hunden en el vacío,
tormentas,
tristezas,
llantos y rostros desvanecidos,
hay infinitud de promesas al igual que miedos,
no puedo hacerte más daño
porque me lo hago yo misma,
este dolor empieza a ser demasiado para tu corazón
o para el mío,
no quiero restarte vida ni felicidad,
no quiero herirte sin más.
Somos conocedores de nuestros tormentos,
de aquello que nos provoca confusión,
somos el aliento de nuestras vidas
ahora llenas de temor,
temor a herirnos mutuamente,
temor a alejarnos,
a sucumbir a un desastre inminente.
No quisiera sentir lo que no siento,
no quisiera saber de esta angustia que absorbe mis pensamientos,
no, no quiero,
nadie merece oir tantos lamentos.
Meridien, 2007
Comentarios