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Morir de tanto deseo

Tu rostro hizo que me evadiera de la realidad
para sumergirme en sueños inalcanzables,
tus palabras enmudecieron el resto de pensamientos
dando paso a la elección de nuevos sentimientos.
Me diste el primer beso escrito e inesperado,
rompiendo esquemas,
marcando espacio y a la vez cercanía,
ahora la elección era mía
y elegí devolverte esos cálidos besos de luna.
Entre nosotros hay una distancia corta,
un paso que marca el límite de tu cuerpo hacia el mío,
un lugar donde sólo las palabras llegan,
donde los besos en cajitas guardados quedan,
mas sólo basta una mirada tuya
para hacer temblar mi pulso,
para acelerar sin límites mi corazón,
para dejar que se asome esa sonrisa que muestra mi ilusión.
No quiero imaginar una caricia tuya por temor al deseo,
no quiero probar de tu boca
esos besos que tanto anhelo,
no quiero oir el latido de tu corazón batiendose sobre mi pecho,
será demasiado amor,
moriría de tanto deseo.

Meridien, 2007

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