Tristemente tus palabras fueron veneno,
aquél que lesionó mi corazón,
provocando heridas que no cicatrizan,
intoxicando todo lo que tocó.
Y con tus pérfidas palabras,
llenas de tanto odio y rencor,
cumpliste tu venganza,
heriste de muerte a quien en tu paso se cruzó.
No te importaron las personas,
ni tampoco su felicidad o dolor,
simplemente decidiste hacer daño,
destrozando su amor.
Tus dosis no fueron lentas,
más bien rápidas y peligrosas,
y ahora ya siento los efectos,
mi vida se pierde en esta eterna demora.
aquél que lesionó mi corazón,
provocando heridas que no cicatrizan,
intoxicando todo lo que tocó.
Y con tus pérfidas palabras,
llenas de tanto odio y rencor,
cumpliste tu venganza,
heriste de muerte a quien en tu paso se cruzó.
No te importaron las personas,
ni tampoco su felicidad o dolor,
simplemente decidiste hacer daño,
destrozando su amor.
Tus dosis no fueron lentas,
más bien rápidas y peligrosas,
y ahora ya siento los efectos,
mi vida se pierde en esta eterna demora.
Meridien, 2007
Comentarios