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Cambiar el pasado

He tirado del ancla de mis emociones,
aquellas que querían permanecer en el pasado,
con temor al cambio e insegura de mí misma,
con un gran temor al fracaso.
Mi dependencia me hacía daño,
me causaba un dolor un tanto extraño,
sintiéndome siempre culpable,
por todo y por nada,
permaneciendo muda,
en silencio,
llorando desde las entrañas.
Incapaz de gritar,
de reclamar lo que tanto anhelaba,
incapaz de ser yo,
siempre equivocada,
responsable,
fracasada.
Recuerdo cada una de esas lágrimas,
derramadas con angustia y culpabilidad,
que provocaban ardores en mi corazón
y quemaduras en mis ojos por tanto dolor,
recuerdo los remordimientos por cada una de ellas,
por sentirme culpable hasta de tenerlas,
por no poder dejar de llorar eternamente,
por ser víctima de mí misma.
Y siento que quiero romper con todo,
tener la posibilidad de poder enfrentar
tanto sufrimiento que provoqué
y que recibí en la medida que acepté,
de propia voluntad,
consecuentemente, sin porqués.
Lo sucedido es pasado,
pero aún así duele,
permanece su cicatriz en mí,
recordándome que sucedió,
que dolió,
que me lastimó.
Y ahora solo quiero cambiar aquello que me hizo daño.

Meridien, 2007

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