Amaneció entre sentimientos desbordados,
costeando un cauce de temores,
miró al cielo vislumbrando un aval de felicidad
escondido tras un nombre,
tras una oportunidad que no tiene posibilidad,
de ningún modo puede ser quien no es,
en absoluto puede ir más allá del dictamen puro de su corazón
o de la esencia que embarga ese pequeño ser,
su trayecto es indefinido pero constante,
su llegada inconcreta pero cierta,
la línea de su vida, dividida,
su andadura, compleja.
Más dentro de ese pequeño ser,
indiferente a los ojos de aquellos que no lo ven,
se dibuja una pequeña flor llena de esencia,
tinte de amor y dulzura,
aroma dulce de pasión,
fragancia que emana desde su interior con nombre de esperanza.
Y sus ojos brillaron con el primer rayo de luz
que acarició con suavidad su templada piel,
con esa pequeña brisa que besó su cuerpo de forma emotiva,
sensitiva,
y ella creyó nacer de nuevo,
como cada uno de sus días.
Y su corazón palpitó incesante llamando su atención,
con ganas de vivir, de sentir,
de soñar, de ser y estar,
de descubrir esa pequeña flor que se esconde por temor,
que está y permanece,
pero que es invisible a mucha gente.
Late, late, pequeño corazón,
tú eres esencia en ti misma y sueño convertido en amor,
espíritu lleno de libertad,
afectividad y sensibilidad,
tú eres quien quiero ser yo,
corazón entre corazones,
flor de amor.
costeando un cauce de temores,
miró al cielo vislumbrando un aval de felicidad
escondido tras un nombre,
tras una oportunidad que no tiene posibilidad,
de ningún modo puede ser quien no es,
en absoluto puede ir más allá del dictamen puro de su corazón
o de la esencia que embarga ese pequeño ser,
su trayecto es indefinido pero constante,
su llegada inconcreta pero cierta,
la línea de su vida, dividida,
su andadura, compleja.
Más dentro de ese pequeño ser,
indiferente a los ojos de aquellos que no lo ven,
se dibuja una pequeña flor llena de esencia,
tinte de amor y dulzura,
aroma dulce de pasión,
fragancia que emana desde su interior con nombre de esperanza.
Y sus ojos brillaron con el primer rayo de luz
que acarició con suavidad su templada piel,
con esa pequeña brisa que besó su cuerpo de forma emotiva,
sensitiva,
y ella creyó nacer de nuevo,
como cada uno de sus días.
Y su corazón palpitó incesante llamando su atención,
con ganas de vivir, de sentir,
de soñar, de ser y estar,
de descubrir esa pequeña flor que se esconde por temor,
que está y permanece,
pero que es invisible a mucha gente.
Late, late, pequeño corazón,
tú eres esencia en ti misma y sueño convertido en amor,
espíritu lleno de libertad,
afectividad y sensibilidad,
tú eres quien quiero ser yo,
corazón entre corazones,
flor de amor.
Meridien, 2007
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