Me declaro culpable de mi amor egoísta,
aquél que sólo desearía tenerte para mí,
me declaro culpable,
de desear las caricias de tus manos sobre mi tímida piel,
de anhelar tus besos en este espacio infinito
y desde la distancia seguir deseándote.
Me declaro culpable del destino que elejí,
de lo que sucede a mi lado,
conmigo, sin mí, sin tí,
me declaro culpable de todos los momentos
en los cuales mi cuerpo navegaba entre las olas de tu cuerpo,
sintiendo el latir de la vida,
perdiéndose entre tus miradas,
desvaneciéndose entre tus sonrisas.
Me declaro culpable por amarte,
por quererte,
por sentir algo que me hace impredecible,
que me enamora,
que crece con cada una de tus miradas
y que desearía reclamar hasta tu alma,
me declaro culpable,
por saber que te quiero,
me declaro culpable ante ti, mi juez.
aquél que sólo desearía tenerte para mí,
me declaro culpable,
de desear las caricias de tus manos sobre mi tímida piel,
de anhelar tus besos en este espacio infinito
y desde la distancia seguir deseándote.
Me declaro culpable del destino que elejí,
de lo que sucede a mi lado,
conmigo, sin mí, sin tí,
me declaro culpable de todos los momentos
en los cuales mi cuerpo navegaba entre las olas de tu cuerpo,
sintiendo el latir de la vida,
perdiéndose entre tus miradas,
desvaneciéndose entre tus sonrisas.
Me declaro culpable por amarte,
por quererte,
por sentir algo que me hace impredecible,
que me enamora,
que crece con cada una de tus miradas
y que desearía reclamar hasta tu alma,
me declaro culpable,
por saber que te quiero,
me declaro culpable ante ti, mi juez.
Meridien, 2007
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