Cuantos amaneceres se suceden sin tu presencia,
cuantos despertares sin tu incandescencia,
sin tu sonrisa que endulzaba mi corazón,
sin tus miradas fruto de la pasión.
Hoy otro nuevo despertar
y sigues sin estar a mi lado,
sin poder acariciarme con tus suaves manos,
sin poder embriagarme de ese aroma que desprendes,
aroma a pétalos de flor, sabor de amor.
Y me emociono recordándote,
rememorando cada uno de tus besos,
cada una de aquellas miradas que seducían mi corazón,
declarando, confesando,
aceptando que tú serás siempre mi gran amor
y sin embargo, no te tengo.
Ni por muchas tesis, argumentos o sentencias,
nada cambiará, la permuta no es posible,
mi corazón se niega a olvidar.
Y en mis horas metarmofoseo intentando mudarme,
evadirme de la inconsciencia de algunos actos,
intentando que no duela tanto el estar separados,
distantes, aislados, lejanos,
te siento tan dentro de mí
que me da miedo ese amor tan alocado,
ese amor tan consciente de ser el más amado
y me pierdo en mis horas, metamorfoseando.
cuantos despertares sin tu incandescencia,
sin tu sonrisa que endulzaba mi corazón,
sin tus miradas fruto de la pasión.
Hoy otro nuevo despertar
y sigues sin estar a mi lado,
sin poder acariciarme con tus suaves manos,
sin poder embriagarme de ese aroma que desprendes,
aroma a pétalos de flor, sabor de amor.
Y me emociono recordándote,
rememorando cada uno de tus besos,
cada una de aquellas miradas que seducían mi corazón,
declarando, confesando,
aceptando que tú serás siempre mi gran amor
y sin embargo, no te tengo.
Ni por muchas tesis, argumentos o sentencias,
nada cambiará, la permuta no es posible,
mi corazón se niega a olvidar.
Y en mis horas metarmofoseo intentando mudarme,
evadirme de la inconsciencia de algunos actos,
intentando que no duela tanto el estar separados,
distantes, aislados, lejanos,
te siento tan dentro de mí
que me da miedo ese amor tan alocado,
ese amor tan consciente de ser el más amado
y me pierdo en mis horas, metamorfoseando.
(Meridien, 2007)
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