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Sólo tú.


Sólo tú.

Sólo tú, eres el fuego que enciende mis deseos,
eres el agua que calma mi sed
y la brisa que acaricia mi cuerpo.
Sólo tú, eres el mar que baña mi alma,
eres la voz que me concede calma
y serena mi inquietud.
Sólo tú eres el cielo que inspira mis palabras,
el regazo que acuna mi solitud
y que me cede su compañía,
ese eres tú.
Porque tu ojos azules como el cielo
iluminan mis pasos al compás del viento,
porque tu boca de miel
llena mis labios de fuego y deseo,
porque tus besos de ángel
cubren mis heridas de pétalos,
porque tu cuerpo es aquél
que ansia mi cuerpo,
tú eres aquel,
aquel que yo deseo.
Sólo tú,
eres la pretensión de mi cuerpo,
de mi alma y mi corazón,
eres ese anhelo que me llena de ilusión,
eres el apetito del palpitar de mi corazón,
eres aquello que deseo,
eres lo que no puedo tener yo,
ese eres tú,
sólo tú.


Meridien, 2007

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