El destello de tus ojos eclipsaron mi corazón,
y en tu rostro amigable,
creí ver de cerca a aquél que llaman amor,
pero cuan equivocada estaba,
tan sólo era una ilusión,
ilusión que sentia en mis adentros,
pero tan sólo ilusión.
Impensable que me quisieras,
o que a mi lado quisieras estar
y aunque te imaginé siempre de cerca,
jamás te pude alcanzar.
Y llegaste y conquitaste de lleno mi corazón,
mis pensamientos fueron tuyos
y me hiciste olvidar parte del dolor,
más sabía que no era eterno
y que algún día me dirias adiós.
Quise amarte, quise quererte,
y lo hice en silencio,
porque jamás quise herirte
o perder aquello que era nuestro,
más lo imposible nunca será posible,
porque ambos lo sabemos.
Quizás en otra vida,
quizás en otro tiempo,
quizás es la palabra
con la que alimento mi tormento,
este tormento que es delicia
para mi corazón siempre indefenso,
enamorado de la vida
y de aquél que lo llenó de sueños.
y en tu rostro amigable,
creí ver de cerca a aquél que llaman amor,
pero cuan equivocada estaba,
tan sólo era una ilusión,
ilusión que sentia en mis adentros,
pero tan sólo ilusión.
Impensable que me quisieras,
o que a mi lado quisieras estar
y aunque te imaginé siempre de cerca,
jamás te pude alcanzar.
Y llegaste y conquitaste de lleno mi corazón,
mis pensamientos fueron tuyos
y me hiciste olvidar parte del dolor,
más sabía que no era eterno
y que algún día me dirias adiós.
Quise amarte, quise quererte,
y lo hice en silencio,
porque jamás quise herirte
o perder aquello que era nuestro,
más lo imposible nunca será posible,
porque ambos lo sabemos.
Quizás en otra vida,
quizás en otro tiempo,
quizás es la palabra
con la que alimento mi tormento,
este tormento que es delicia
para mi corazón siempre indefenso,
enamorado de la vida
y de aquél que lo llenó de sueños.
Meridien, 2007
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