Hoy mirabas a mis ojos
sin saber que ellos te amaban,
sin percibir tu nombre en su brillo
y sin ver la pasión en su mirada.
Y no te diste cuenta,
de que mi cuerpo también te hablaba
y quería tenerte cerca
para amarte, para sentirte
y saber de tu sabor en sus entrañas.
Y no te percataste,
de que mi corazón latía a marchas forzadas,
que las mariposas de mi estómago
eran imparables hasta ser alimentadas,
alimentadas por tus besos,
por tus caricias húmedas y templadas,
por tu cálido pecho,
entre tus brazos,
entre tus piernas,
rodeada por tu cuerpo,
en tu cama, en mi cama.
Hoy mirabas a mi cuerpo
y no te dabas cuenta de esta pasión desbordada,
de esas ganas de tenerte dentro
y fuera de mis entrañas,
de compartir un día o una noche de pasión,
donde el deseo nos deje sin aliento
y tú seas mi dueño,
donde los suspiros sean besos en el aire
y el aire, la manta que nos acune a los dos.
Hoy mi mirada era para ti.
Meridien, 2007
sin saber que ellos te amaban,
sin percibir tu nombre en su brillo
y sin ver la pasión en su mirada.
Y no te diste cuenta,
de que mi cuerpo también te hablaba
y quería tenerte cerca
para amarte, para sentirte
y saber de tu sabor en sus entrañas.
Y no te percataste,
de que mi corazón latía a marchas forzadas,
que las mariposas de mi estómago
eran imparables hasta ser alimentadas,
alimentadas por tus besos,
por tus caricias húmedas y templadas,
por tu cálido pecho,
entre tus brazos,
entre tus piernas,
rodeada por tu cuerpo,
en tu cama, en mi cama.
Hoy mirabas a mi cuerpo
y no te dabas cuenta de esta pasión desbordada,
de esas ganas de tenerte dentro
y fuera de mis entrañas,
de compartir un día o una noche de pasión,
donde el deseo nos deje sin aliento
y tú seas mi dueño,
donde los suspiros sean besos en el aire
y el aire, la manta que nos acune a los dos.
Hoy mi mirada era para ti.
Meridien, 2007
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