Hay tormenta en mi alma,
olas que crecen y agitan sentimientos,
huracán indomable y persistente,
lluvia profunda que emana imparable,
oscilación de esos ánimos que nunca debieron suspenderse
y dejarse llevar por el vaivén de tus actos.
Y cada vez el gris es más intenso,
y mi corazón se alza en revuelo
ostentando tu cariño,
alborotado por esta tormenta en plena ebullición
que no deja de ser,
una debilidad de mi corazón.
Porque sí, siento debilidad por tus besos,
por tus caricias,
por todo tu cuerpo
y esa debilidad es la que me agota
y me desalienta como ser humano, como persona,
porque me produce abatimiento, llevándome al desfallecimiento.
No puedo negar que me muero
por uno de tus besos cuando los deseo,
y no puedo negar que busco tus caricias,
y tus negativas son mi tormento,
son mi locura y mi inseguridad,
porque sin ellas no puedo pasar.
Hay tormenta en mi alma,
que retumba sin parar,
sentimientos que se hacen eco
y nadie los puede acallar.
olas que crecen y agitan sentimientos,
huracán indomable y persistente,
lluvia profunda que emana imparable,
oscilación de esos ánimos que nunca debieron suspenderse
y dejarse llevar por el vaivén de tus actos.
Y cada vez el gris es más intenso,
y mi corazón se alza en revuelo
ostentando tu cariño,
alborotado por esta tormenta en plena ebullición
que no deja de ser,
una debilidad de mi corazón.
Porque sí, siento debilidad por tus besos,
por tus caricias,
por todo tu cuerpo
y esa debilidad es la que me agota
y me desalienta como ser humano, como persona,
porque me produce abatimiento, llevándome al desfallecimiento.
No puedo negar que me muero
por uno de tus besos cuando los deseo,
y no puedo negar que busco tus caricias,
y tus negativas son mi tormento,
son mi locura y mi inseguridad,
porque sin ellas no puedo pasar.
Hay tormenta en mi alma,
que retumba sin parar,
sentimientos que se hacen eco
y nadie los puede acallar.
Meridien
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