Ese deseo inexplicable que se cierne
entre nuestros cuerpos ardientes,
llenos de pasión,
emocionados cada vez que se aman,
con la certeza de sentirse ellos,
descubriéndose mutuamente,
haciéndose partícipes de una pasión desmedida,
de esos latidos intensos que parecen no tener fin,
de esas caricias fuertemente cautivadoras
que dejan su rastro a lo largo de la piel,
una piel sumida en un amanecer lleno de sentimientos,
sentimientos compartidos por unos labios
que se buscan mutuamente, saboreándose,
amándose como si fuera la única vez que pudieran
y sólo por ese momento,
ese deseo,
se multiplica hasta llegar al cielo,
con el sabor del mar enmarcado en sus besos.
entre nuestros cuerpos ardientes,
llenos de pasión,
emocionados cada vez que se aman,
con la certeza de sentirse ellos,
descubriéndose mutuamente,
haciéndose partícipes de una pasión desmedida,
de esos latidos intensos que parecen no tener fin,
de esas caricias fuertemente cautivadoras
que dejan su rastro a lo largo de la piel,
una piel sumida en un amanecer lleno de sentimientos,
sentimientos compartidos por unos labios
que se buscan mutuamente, saboreándose,
amándose como si fuera la única vez que pudieran
y sólo por ese momento,
ese deseo,
se multiplica hasta llegar al cielo,
con el sabor del mar enmarcado en sus besos.
Meridien
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