Llegó ese tiempo en que las huellas de nuestras vivencias
se hicieron presentes en nuestro rostro,
en nuestra piel y en nuestro corazón,
llegó el tiempo en que la soledad era demasiado insoportable
y sólo queríamos estar cerca de los nuestros,
sentir la amistad y el cariño de aquellas personas
que llenaron o llenan nuestros días,
de sentir que no estamos solos en este cercano final.
Llegó ese tiempo en que hay que olvidar
pues el olvido llega de la mano del propio tiempo,
llegó el tiempo de perdonar
aunque no queramos reconocerlo,
llegó el tiempo de descansar en paz
y vivir en paz, sentir y disfrutar del tiempo.
Llegó para ti y para mí,
llegó avisando su llegada,
las primeras señales se hicieron presentes
y el resto vinieron detrás,
quizás no quisimos darnos cuenta,
pero él no llegó sin más.
se hicieron presentes en nuestro rostro,
en nuestra piel y en nuestro corazón,
llegó el tiempo en que la soledad era demasiado insoportable
y sólo queríamos estar cerca de los nuestros,
sentir la amistad y el cariño de aquellas personas
que llenaron o llenan nuestros días,
de sentir que no estamos solos en este cercano final.
Llegó ese tiempo en que hay que olvidar
pues el olvido llega de la mano del propio tiempo,
llegó el tiempo de perdonar
aunque no queramos reconocerlo,
llegó el tiempo de descansar en paz
y vivir en paz, sentir y disfrutar del tiempo.
Llegó para ti y para mí,
llegó avisando su llegada,
las primeras señales se hicieron presentes
y el resto vinieron detrás,
quizás no quisimos darnos cuenta,
pero él no llegó sin más.
Meridien
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