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Sin riesgo no hay emoción

Miré hacia atrás esperando verte seguir mis pasos,
con la seguridad que vendrías hacia mí,
creando una realidad que moldearíamos sin pautas,
en ese tiempo que intuitivamente descubrimos,
dando paso a la expresión de nuestros anhelos.
Y descrubí esa expresión de tu mirada
que se hacía propia y se enorgullecía,
recalcando aquello que pretendes,
como antojos que se revuelven en un mar de emociones.
Y tienes la virtud de envolverme entre bellas metáforas
y conquistarme con tus argumentos,
hechizarme con tu mirada
y aprisionarme con el sabor de tu cuerpo.
Y tus palabras son riesgo y emoción,
emparejadas,
combinadas,
vinculadas a una experiencia real
que se sucede tras el ímpetu de dos cuerpos
que se buscan y se encuentran
cuando su pasión se acrecenta por dentro.
Y mi mente siente recelo de ese marco creativo
que dibuja la pasión con ese aire de seducción,
con ese flirteo entre miradas
y ese rebelde amor.


Meridien

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