Quisiera que un día te dieras cuenta
de cuanto amor había en cada uno de mis versos
que emergían como sentimientos
de un manantial de pasión,
ese nacer prematuro que se dió con una mirada,
con una sencilla sonrisa
que quedó cautiva en mis recuerdos
para así ser mi talismán
de cada uno de mis besos.
Quisiera que algun día supieras
que me hiciste sentir nacer el día
y fuiste el amanecer de un incipiente amor eterno,
puro, natural, auténtico
que quisiera crecer contigo, cerca de ti,
sintiéndote afín,
palpando ese cariño que día a día nos unió
y fue presagio de cada uno de nuestros encuentros.
Escucha y presta atención
a cada uno de esos pequeños gestos
que sugieren la verdad que permanece velada
y exhorta el latir de un corazón inquieto,
aquél que se estremece con tu esencia
y vibra con tu deseo.
Siente este titilar sin pausa
que se acelera cada vez que te acercas,
con cada sonrisa que le concedes,
causando emoción, vida, agitación
y evoca una pasión desbordante e insinuante,
llena de adoración y enamoramiento.
Porque sí,
porque te deseo,
te ansio, te anhelo,
porque se me apetece tu cuerpo,
porque mi boca hace reverencias ante cada uno de tus besos
y mi piel pretende ser tu bocado
mientras mis ojos aspiran a que te prendes por ellos
porque sí,
porque mi alma soñadora no quiere dejarte escapar,
porque la distancia marca el olvido
y el olvido se pierde en silencios.
de cuanto amor había en cada uno de mis versos
que emergían como sentimientos
de un manantial de pasión,
ese nacer prematuro que se dió con una mirada,
con una sencilla sonrisa
que quedó cautiva en mis recuerdos
para así ser mi talismán
de cada uno de mis besos.
Quisiera que algun día supieras
que me hiciste sentir nacer el día
y fuiste el amanecer de un incipiente amor eterno,
puro, natural, auténtico
que quisiera crecer contigo, cerca de ti,
sintiéndote afín,
palpando ese cariño que día a día nos unió
y fue presagio de cada uno de nuestros encuentros.
Escucha y presta atención
a cada uno de esos pequeños gestos
que sugieren la verdad que permanece velada
y exhorta el latir de un corazón inquieto,
aquél que se estremece con tu esencia
y vibra con tu deseo.
Siente este titilar sin pausa
que se acelera cada vez que te acercas,
con cada sonrisa que le concedes,
causando emoción, vida, agitación
y evoca una pasión desbordante e insinuante,
llena de adoración y enamoramiento.
Porque sí,
porque te deseo,
te ansio, te anhelo,
porque se me apetece tu cuerpo,
porque mi boca hace reverencias ante cada uno de tus besos
y mi piel pretende ser tu bocado
mientras mis ojos aspiran a que te prendes por ellos
porque sí,
porque mi alma soñadora no quiere dejarte escapar,
porque la distancia marca el olvido
y el olvido se pierde en silencios.
Meridien
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