Ir al contenido principal

La certeza de una triste mirada

Desvela su triste mirada,
que nuevamente él castigó su corazón,
le hizo sentir insignificante, indigna,
fuera de su predilección,
le arrebató cualquier esperanza, si es que la había,
la hirió hasta llagar de nuevo su confianza
ya golpeada por la vida,
la llenó de incertidumbre, de incomodidad,
la silenció en sus palabras.

Su corazón jamás pudo explicarse,
fue tema vedado ante tan poca expectación,
más cuando se encontraban cara a cara,
sólo pequeños instantes se llenaban
del carisma de su atención,
más tarde todo quedaba en nulidad,
ausencia de un nosotros,
inexistencia de un tú y yo.

Lentamente su tormento
la llevaba al sufrimiento de la incomprensión,
ella dispuesta a darlo todo,
él sólo a crear más contradición.

Si tuviera la certeza, proclamaba su corazón,
trazaría de nuevo la vida,
hablaría de amor.

Pero su condena será larga,
atestigua su pensamiento,
manifiesta su corazón,
todo resulta insustancial,
cuando él no cree en sus palabras
y prefiere el cuerpo de otra,
sus besos y su calor,
a los cuales llena de virtudes,
mencionando esa sensación de plenitud.

Y ahora se siente consumida,
triste y asustada,
perdida entre palabras y hechos triviales,
llena de desamor.

Enmudecida está su alma,
silenciado su corazón,
escondido su deseo,
acallada su pasión,
amordazadas sus palabras,
oculto su temor.

Si tuviera la certeza que no volverá el dolor,
la mirada ya no denotaría tristeza,
más bien
hablaría de amor.

Meridien

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amigo mío. (Antoine De Saint-Exupéry)

Amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad. Tengo sed de un compañero que respete en mí, por encima de los litigios de la razón, el peregrino de aquel fuego. A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido, y descansar, más allá de mí mismo, en esa cita que será la nuestra. Hallo la paz. Más allá de mis palabras torpes, más allá de los razonamientos que me pueden engañar, tú consideras en mí, simplemente al Hombre, tú honras en mí al embajador de creencias, de costumbres, de amores particulares. Si difiero de ti, lejos de menoscabarte te engrandezco. Me interrogas como se interroga al viajero, Yo, que como todos, experimento la necesidad de ser reconocido, me siento puro en ti y voy hacia ti. Tengo necesidad de ir allí donde soy puro. Jamás han sido mis fórmulas ni mis andanzas las que te informaron acerca de lo que soy, sino que la aceptación de quien soy te ha hecho necesariamente indulgente para con esas andanzas y esas fórmulas. Te estoy agradecido porque me...

De casualidad

Te encontré de casualidad entre palabras y silencios, descubrí una nueva forma de sentir teñida de azul intenso. Y desde lejos, te admiraba y de cerca, te sentía, y más allá de un buen momento, lo nuestro duró toda una vida. Me niego a sentir que te pierdo, me niego a pensar que te alejas, y aunque el tiempo marque distancias, el amor siempre nos acerca. Tu mirada y tu sonrisa, siempre cálidas y atentas, llenan de paz y sosiego, mi alma y mi rostro. Somos parte de miradas, algunas cercanas y otras ajenas, siempre distantes de nuestra historia mas atentos a nuestras elecciones. Y de la casualidad de un día, y de ese inesperado momento, se ha creado una relación intensa, dulce, cálida y a la vez hermosa. Pues de las palabras y silencios nacen bonitas historias, te encontré de casualidad y ahora la casualidad, es, historia. Meridien, 2006

Si te caes...

Si te caes, aprende a levantarte, no dudes en alzar la cabeza, mirar hacia el cielo y recuperar las fuerzas, respirar profundo, coger impulso, sentir que la vida te ofrece más que su esencia, una nueva oportunidad. Pierde tus miedos, perdona tus errores, no somos inmunes a lo externo, ni siquiera a nosotros mismos. Hay muchas formas de caer, de tristeza, de golpes, de dudas, de crueldad, de falsedad… Pero también hay miles de formas de levantarse, con sueños, con motivación, con corazón y alegría, con manos amigas… No dudes de tu fortaleza, aunque a veces olvides que la llevas contigo, en tu interior, porque en el fondo, siempre está ahí. Búscala, llámala con todas tus fuerzas para que salga, alienta a tu corazón a reclamarla, dile a tus pies, a tu manos, a tu cuerpo, que se revelen contra la gravedad, no te dejes caer de nuevo. Como capitán de tu vida, siente el orgullo de haber ganado batallas que alguna...