Que esperas de mí,
que el tiempo no deje huellas sobre mi piel,
quizás sobre mis cabellos,
que no moldee mi cuerpo a su gusto,
que no cambie mi forma de ser o mis sentimientos.
Que esperas de mí,
que permanezca inmune a los contratiempos,
a las decisiones de otros,
a la incomprensión externa
o simplemente a los golpes que nos da la vida.
Que esperas de mí,
que esté aquí en todo momento,
que asiente todas tus decisiones,
que no proteste ni me queje,
que aún viendo que rompes las promesas, siga adelante.
Que esperas de mí,
que niegue que puedo ser más o quizás menos,
que ratifique mi libertad,
que me permita sentir, ser,
o tal vez que quiera soñar.
Que esperas de mí,
que no me enamore cuando ya lo estoy,
que no ame cuando ya lo hago,
que silencie mis sentimientos
y no me afirme en este amor.
Que esperas de mí,
que siga esclavizada a tus palabras,
sometida a tus decisiones,
entregada a tus pretensiones,
servil para tus ambiciones.
Que esperas de mí,
que no sienta dolor cuando me duele,
que las heridas queden ocultas,
la angustia disimulada
y el temor omitido.
Que esperas de mí,
que enmudezca mi ser o mi alma,
quizás, que jamás espere yo nada,
porque sabes que mi espera será negada.
Que esperas de mí,
siempre más de lo que imaginaba.
que el tiempo no deje huellas sobre mi piel,
quizás sobre mis cabellos,
que no moldee mi cuerpo a su gusto,
que no cambie mi forma de ser o mis sentimientos.
Que esperas de mí,
que permanezca inmune a los contratiempos,
a las decisiones de otros,
a la incomprensión externa
o simplemente a los golpes que nos da la vida.
Que esperas de mí,
que esté aquí en todo momento,
que asiente todas tus decisiones,
que no proteste ni me queje,
que aún viendo que rompes las promesas, siga adelante.
Que esperas de mí,
que niegue que puedo ser más o quizás menos,
que ratifique mi libertad,
que me permita sentir, ser,
o tal vez que quiera soñar.
Que esperas de mí,
que no me enamore cuando ya lo estoy,
que no ame cuando ya lo hago,
que silencie mis sentimientos
y no me afirme en este amor.
Que esperas de mí,
que siga esclavizada a tus palabras,
sometida a tus decisiones,
entregada a tus pretensiones,
servil para tus ambiciones.
Que esperas de mí,
que no sienta dolor cuando me duele,
que las heridas queden ocultas,
la angustia disimulada
y el temor omitido.
Que esperas de mí,
que enmudezca mi ser o mi alma,
quizás, que jamás espere yo nada,
porque sabes que mi espera será negada.
Que esperas de mí,
siempre más de lo que imaginaba.
Meridien
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