No siempre llega la oscuridad con la noche,
sino cuando cegamos nuestros ojos,
cuando cerramos nuestro corazón
o simplemente nos aislamos en el vacío.
No siempre se cicatrizan las heridas
y se terminan las frases,
se da por zanjado un tema
o simplemente se olvidan las ofensas.
No siempre el dolor se vuelve efímero
y se pierde entre nuestros dedos como agua de mar,
ni siquiera las ilusiones más bellas
logran sustentar la vivacidad de un mirada.
No siempre el espolio de tus sentimientos
te deja inmóvil, estático, inactivo,
sin poder avanzar ni retroceder.
No siempre.
De vez en cuando, la luz de una mirada,
la magia de una sonrisa,
el calor de unos brazos,
el entusiasmo de un corazón,
la protección de unas manos,
la pasión de unos besos,
la incandescencia de unas palabras,
o tal vez una complicidad de almas,
llena ese espacio de una luz
que se llena de sí misma transformándose en claridad,
una luz que fluye,
que se refleja
y se hace incandescente, llena de fuerza vital.
Recuerda,
de vez en cuando,
siempre cerca,
como luz de vida, nunca oscuridad perpleja.
sino cuando cegamos nuestros ojos,
cuando cerramos nuestro corazón
o simplemente nos aislamos en el vacío.
No siempre se cicatrizan las heridas
y se terminan las frases,
se da por zanjado un tema
o simplemente se olvidan las ofensas.
No siempre el dolor se vuelve efímero
y se pierde entre nuestros dedos como agua de mar,
ni siquiera las ilusiones más bellas
logran sustentar la vivacidad de un mirada.
No siempre el espolio de tus sentimientos
te deja inmóvil, estático, inactivo,
sin poder avanzar ni retroceder.
No siempre.
De vez en cuando, la luz de una mirada,
la magia de una sonrisa,
el calor de unos brazos,
el entusiasmo de un corazón,
la protección de unas manos,
la pasión de unos besos,
la incandescencia de unas palabras,
o tal vez una complicidad de almas,
llena ese espacio de una luz
que se llena de sí misma transformándose en claridad,
una luz que fluye,
que se refleja
y se hace incandescente, llena de fuerza vital.
Recuerda,
de vez en cuando,
siempre cerca,
como luz de vida, nunca oscuridad perpleja.
Meridien
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