Siento como una pausa llena mis horas,
una pausa finita pero sin tiempo definido.
Veo como los días pasan sin perspectivas
con un continuo cambio en el horizonte
y un constante devenir de pensamientos.
No hay calma en esta alma,
aún sintiendo esa pausa acomodarse en las entrañas
y divago entre esa incertidumbre
que me abate fuertemente contra el muro del temor.
La confianza depositada en manos amigas
ahora se desvanece entre silencios,
cada acto se convierte en una sentencia
y la procesión queda por dentro.
No puedo mostrar más de mí,
no debo dejar ver más allá de mi aparencia
pues me quedo indefensa
ante la crueldad de quien la procesa y no le importa quién o por qué,
simplemente la ejerce para su beneficio.
Siento como la pausa se hizo dueña de mis horas,
se acomodó en mis palabras, entre mis silencios,
no sé si su estancia será larga o corta,
pero ella está aquí y ahora.
una pausa finita pero sin tiempo definido.
Veo como los días pasan sin perspectivas
con un continuo cambio en el horizonte
y un constante devenir de pensamientos.
No hay calma en esta alma,
aún sintiendo esa pausa acomodarse en las entrañas
y divago entre esa incertidumbre
que me abate fuertemente contra el muro del temor.
La confianza depositada en manos amigas
ahora se desvanece entre silencios,
cada acto se convierte en una sentencia
y la procesión queda por dentro.
No puedo mostrar más de mí,
no debo dejar ver más allá de mi aparencia
pues me quedo indefensa
ante la crueldad de quien la procesa y no le importa quién o por qué,
simplemente la ejerce para su beneficio.
Siento como la pausa se hizo dueña de mis horas,
se acomodó en mis palabras, entre mis silencios,
no sé si su estancia será larga o corta,
pero ella está aquí y ahora.
Meridien
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