Cae lentamente pero sin descanso
ese relente que se cierne sobre los campos
que se cuela por las rendijas,
enfriando todo a su paso.
Cae enérgico, intenso,
con dureza y eficacia,
no deja inmune en su avance
ni exento de su idiosincracia.
Su perspicacia viene innata en su talante,
en su esencia gélida e impasible,
indiferente a quién o qué envuelve,
tajante en su naturaleza.
Y no hay más que hacer
que sucumbir a su inherencia
o luchar en contra de él
entregándote con pasión
para romper su coraza.
Cae despacio, sin prisas, sin temor
sin dudas ante su hazaña,
cubriendo todo lo que a su paso abarca
y sintiéndose topoderoso.
ese relente que se cierne sobre los campos
que se cuela por las rendijas,
enfriando todo a su paso.
Cae enérgico, intenso,
con dureza y eficacia,
no deja inmune en su avance
ni exento de su idiosincracia.
Su perspicacia viene innata en su talante,
en su esencia gélida e impasible,
indiferente a quién o qué envuelve,
tajante en su naturaleza.
Y no hay más que hacer
que sucumbir a su inherencia
o luchar en contra de él
entregándote con pasión
para romper su coraza.
Cae despacio, sin prisas, sin temor
sin dudas ante su hazaña,
cubriendo todo lo que a su paso abarca
y sintiéndose topoderoso.
Meridien
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