Fuera el ambiente es húmedo,
sólo hay que mirar a través de las ventanas
para apreciar ese talante de relente
que impregna todo lo que toca con su esencia
un tanto saturada de humedad,
esa que cala los huesos y llega hasta las entrañas,
haciéndote partícipe de su naturaleza.
Su frialdad patente en su tonalidad,
en ese grisaceo de su carácter,
concentrado en ese vaivén de nubes
que circulan libres a su paso lento por el cielo,
como una procesión de tristeza acumulada,
te hace sucumbir en el desánimo.
Es inminente el contagio de melancolía,
de nostalgia y de cierta tribulación,
es inminente la proliferación de gotas de lluvia,
seguidas por lágrimas de descongestión,
la humedad se llama así misma
y proclama su conquista, legitimando sus dominios perecederos.
Su tiempo es finito,
tanto o más que el de su observadores
o de aquellos que la sienten y la perciben,
colmándose de ella sin querer o queriendo.
No prescribe su esencia, ni su sensación, ni siquiera su sabor,
ya que permanece contenido en los recuerdos,
regresando de vez en cuando, para cubrinos con sus desvelos.
sólo hay que mirar a través de las ventanas
para apreciar ese talante de relente
que impregna todo lo que toca con su esencia
un tanto saturada de humedad,
esa que cala los huesos y llega hasta las entrañas,
haciéndote partícipe de su naturaleza.
Su frialdad patente en su tonalidad,
en ese grisaceo de su carácter,
concentrado en ese vaivén de nubes
que circulan libres a su paso lento por el cielo,
como una procesión de tristeza acumulada,
te hace sucumbir en el desánimo.
Es inminente el contagio de melancolía,
de nostalgia y de cierta tribulación,
es inminente la proliferación de gotas de lluvia,
seguidas por lágrimas de descongestión,
la humedad se llama así misma
y proclama su conquista, legitimando sus dominios perecederos.
Su tiempo es finito,
tanto o más que el de su observadores
o de aquellos que la sienten y la perciben,
colmándose de ella sin querer o queriendo.
No prescribe su esencia, ni su sensación, ni siquiera su sabor,
ya que permanece contenido en los recuerdos,
regresando de vez en cuando, para cubrinos con sus desvelos.
Meridien
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saludos!