Hoy rezo por ti,
desde la distancia,
con el corazón encogido por el dolor,
con las lágrimas derramándose por mis mejillas
y mis ojos inundándose en un mar de sentimientos.
Hoy rezo por ti,
porque no tengas ni un segundo de sufrimiento
porque la paz te envuelva con su manto
y te abrace sin dejarte sola ni un momento.
No puedo estar a tu lado presente
pero si lo estoy en la distancia,
ahora mismo te tengo entre mis brazos,
beso tu frente
y te digo, estoy contigo, estoy a tu lado.
Quizás no puedas ni verme,
quizás ni me oigas,
pero estoy segura que tu alma me siente,
que de alguna forma me percibe
porque la mía solloza.
No puedo evitar esta pena,
no puedo enmudecer este dolor,
no puedo ni gritar al cielo
no puedo, no.
Quisiera sentir tu tacto,
tus besos y tus caricias,
quisiera oir tu voz
y disfrutar de tu sonrisa,
quisiera pasear a tu lado
y hablar como si el tiempo no hubiera pasado,
pero hoy tan solo puedo rezar
y sentir que de alguna forma estoy contigo.
Hoy rezo por ti,
recordando tu mirada de ángel
y tu enorme corazón,
tan grande, todo lleno de amor,
¡cómo no!
si el amor corría por tu sangre.
Déjame que me acurruque a tu lado
y te de un poco de mi,
déjame que te de la mano,
y pasar la noche junto a ti.
Esta noche rezo por ti
y te digo: te quiero, te quiero, te quiero…
Meridien , 2014
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