Hay tiempo que nunca se recupera.
Las horas, los días y las noches pasan,
suceden unas tras otras
y sin darte cuenta el tiempo pasa,
las cosas siguen su camino
y nada espera por ti.
Decides que será otro día,
en otro momento o pasado unas horas
cuando dediques tu corazón a esa persona,
o unas bellas palabras, un beso, una caricia,
una mirada, un momento de compresión o tu perdón
y el tiempo pasa,
y nada espera por ti.
Quizás las hojas blancas se llenen de dibujos
o de letras impregnadas del ritmo de la vida,
quizás tras una pequeña ventana
estén esos ojos que anhelan tu llegada,
quizás,
quizás tú provocas incertezas.
El avance es continuo, sin pausas,
porque las pausas son para ti,
no para el tiempo,
las huellas se ven a través de tu piel,
de tus palabras,
de tus decisiones
y aún sigues sin saber
que hay tiempo que nunca se recupera.
Mira hacia tu interior,
siente el latido de tu corazón,
únete al paso del tiempo,
juntos tú y él,
date la oportunidad de no perderte en cada segundo,
en cada día de vacío que sucede al compás de la vida,
saborea,
acaricia,
escucha,
sé,
vive cada segundo de esa vida concedida,
de ese tiempo que te pertenece por él mismo,
porque hay tiempo que nunca se recupera.
Y así pasa mi tiempo,
un dia, otro, las horas, los segundos,
tiempo al tiempo,
pero ahora te comprendo
y se que no esperas,
que en algún momento quizás me pierda,
por ello ahora declaro,
en el tiempo que me ha sido otorgado,
te quiero,
te amo,
lo sabes, verdad,
lo sabes,
no perderé la oportunidad
que me dio este tiempo concedido,
para decirte,
para amarte,
para sin más,
quererte.
Porque hay tiempo que jamás se recupera.
Meridien, 2007
Comentarios
nunca sabes donde llegarán tus palabras,
pero no hay que perder el tiempo para decirlas si es lo que sientes.
Nuevamente, gracias.