Me siento culpable de enamorarme de quien no me quiere,
de aquél para el cual tan sólo soy un juego,
un te tengo cuando te quiero
y un adiós cuando no intereso.
Me siento culpable de equivocarme una y otra vez,
de pensar que pudiera ser diferente,
de que habría más que una mirada
y un roce incandescente.
Me siento culpable de pretender algo especial
y darme cuenta que lo imposible
no es posible si no hay amor de verdad,
si los sentimientos no son sinceros
y las palabras sólo engatusan para conseguir un fin,
ser un juego entre sábanas
y un nombre para presumir.
Me siento culpable por desear,
por querer, por amar
y saber que no será correspondido ese amor que emerge,
porque no hay sitio ni lugar para mí,
porque me perdí en el camino el día que me enamoré de ti
y ahora, ese amor se siente abatido
por esa culpabilidad que enterró la inocencia
y sucumbió ante tanto rechazo
y marchitó con tanta negación.
Me siento culpable,
tus palabras me sentenciaron.
de aquél para el cual tan sólo soy un juego,
un te tengo cuando te quiero
y un adiós cuando no intereso.
Me siento culpable de equivocarme una y otra vez,
de pensar que pudiera ser diferente,
de que habría más que una mirada
y un roce incandescente.
Me siento culpable de pretender algo especial
y darme cuenta que lo imposible
no es posible si no hay amor de verdad,
si los sentimientos no son sinceros
y las palabras sólo engatusan para conseguir un fin,
ser un juego entre sábanas
y un nombre para presumir.
Me siento culpable por desear,
por querer, por amar
y saber que no será correspondido ese amor que emerge,
porque no hay sitio ni lugar para mí,
porque me perdí en el camino el día que me enamoré de ti
y ahora, ese amor se siente abatido
por esa culpabilidad que enterró la inocencia
y sucumbió ante tanto rechazo
y marchitó con tanta negación.
Me siento culpable,
tus palabras me sentenciaron.
Meridien
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