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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Peligro, prohibido acercarse

Peligro, hoy eres una cerilla cerca de un polvorín, de un arsenal lleno de una ardiente pasión que quisiera consumirse entre tus brazos, fácilmente inflamable con la humedad de tus besos, deseosa de abrasarse con el tacto de tu piel Peligro, estás cerca de unas ansias de tenerte sin freno, de un suspiro de llegar al cielo, no sabes lo que te juegas si llegas a prender esta pasión, no te imaginas que pueda haber tanto fervor en el interior de ese cuerpo que quiere ser el desvelo de tus sueños y convertirse en vivacidad recorriendo tu cuerpo, dejándose amar, amándote entero. Peligro, hoy cada pieza que se esconde bajo un manto de piel es calina, es energía, es fuego encubierto y puede prenderse contigo, con tu cercanía, con un pequeño roce, con un beso o simplemente con un soplido en el cuello. Peligro, prohibido acercarse. Meridien

a contratiempo

A contratiempo, así se dan la mano nuestras manos, inesperadamente, con el deseo ardiente tatuado en su piel, con la pasión en su tacto. A contratiempo, llegan esos besos siempre esperados, ansiosos de ser consumidos por su apetito, por su ganas de ti y de mí, por su anhelo de sentirse, de amarse. A contratiempo, llega ese hallarse entre dos cuerpos, que se han buscado incesantemente, hasta encontrarse, hasta hacerse el uno parte del otro, fusionándose en un único cuerpo. A contratiempo, llega ese aliciente que es seducirte, ese afán por conquistarte, ese propósito de tenerte, a contratiempo. No es imperante tenerte, si necesario sentirte, para amarte, para desearte, para enamorarte y enamorame de tu esencia, del aroma que desprendres, del extracto de tu alma y la naturaleza de tu corazón. A contratiempo, ante la adversidad, sencillamente, a contratiempo. Meridien

Impasibilidad

Hoy tus manos eran frías, tus caricias témpanos de hielo, tus palabras estaban llenas de desamor y tu mirada era indiferente a todo deseo. Nunca esa impasibilidad se hizo tan patente y se subrayó sobre sí misma para acentuarse, enfatizando en su carácter ese sabor agridulce que te acompaña, insitiendo en la dureza de tu corazón para desalentar cada una de mis hazañas. Gélido son tus besos, aquellos que otorgas de forma cobarde y que tildas de exhuberantes, quedándose entumecidos al llegar el momento de darlos. No eres ese calor del cual te jactas, no tienes ese ardor que tanto presumes y del cual alardeas constantemente, tan sólo eres rescoldo de lo que fuiste, tan sólo diminuta lumbre. Meridien

De vez en cuando....luz

No siempre llega la oscuridad con la noche, sino cuando cegamos nuestros ojos, cuando cerramos nuestro corazón o simplemente nos aislamos en el vacío. No siempre se cicatrizan las heridas y se terminan las frases, se da por zanjado un tema o simplemente se olvidan las ofensas. No siempre el dolor se vuelve efímero y se pierde entre nuestros dedos como agua de mar, ni siquiera las ilusiones más bellas logran sustentar la vivacidad de un mirada. No siempre el espolio de tus sentimientos te deja inmóvil, estático, inactivo, sin poder avanzar ni retroceder. No siempre. De vez en cuando, la luz de una mirada, la magia de una sonrisa, el calor de unos brazos, el entusiasmo de un corazón, la protección de unas manos, la pasión de unos besos, la incandescencia de unas palabras, o tal vez una complicidad de almas, llena ese espacio de una luz que se llena de sí misma transformándose en claridad, una luz que fluye, que se refleja y se hace incandescente, llena de fuerza vital. Recuerda, de vez e