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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Veo, siento

Te sentaste a mi lado cogiéndome la mano, hoy pretendías enseñarme ese atardecer del que tantas veces me habías hablado, tan lleno de belleza, tan cambiante y que yo sólo pude contemplar a través de tus palabras. Hoy pretendías que lo sintiera como nunca que lo viviera y me llenara de él, que lo hiciera mío en mis recuerdos, aunque mis pupilas no lo pudieran ver. Y describiste un cielo bordado de nubes que como algodones lo revestían de suavidad, describiste miles de tonalidades que empezaban en la línea del horizonte del mar para volar sobre nuestras cabezas y llegar al infinito sin más. Describiste un mar en calma, de un color plata que brillaba sin parar, donde los haces del sol que se escondía lo iluminaban de una forma única y especial. Cada palabra era enriquecedora, cada descripción aún más, tu compañía las hacia especiales, tu calor humano las colmaba de exclusividad. El entusiasmo de tus palabras, tu expresión y convicción fueron deleite de mis entrañas, se hicieron dueños de

Relente

Cae lentamente pero sin descanso ese relente que se cierne sobre los campos que se cuela por las rendijas, enfriando todo a su paso. Cae enérgico, intenso, con dureza y eficacia, no deja inmune en su avance ni exento de su idiosincracia. Su perspicacia viene innata en su talante, en su esencia gélida e impasible, indiferente a quién o qué envuelve, tajante en su naturaleza. Y no hay más que hacer que sucumbir a su inherencia o luchar en contra de él entregándote con pasión para romper su coraza. Cae despacio, sin prisas, sin temor sin dudas ante su hazaña, cubriendo todo lo que a su paso abarca y sintiéndose topoderoso. Meridien

Soledad

Vuelve la tristeza a profundizar en mi corazón, afuera la noche es fría y oscura, la única compañía que tengo es mi propio reflejo en el cristal de la ventana. Intento acercarme para sentirlo próximo pero su tacto es frío, no emana calidez, tan sólo emite la frialdad de su esencia, consolidando su caracter impasible, gélido e indomable. Me acerco con la idea de ofrecerle calor, calor humano de mis adentros y dejo mi aliento sobre su superficie pero éste se evade rápidamente, mi calor no puede enmascarar su frialdad. Lo intento una y otra vez, no desisto, no abandono, es cuestión de tiempo, pero mi aliento se vuelve tibio y yo me consumo entre silencios. La noche sigue fría y oscura, la respuesta a mi tristeza se esconde en este corazón apagado, en su aliento consumido, en el cansancio determinante y saldado en un día de trabajo. Es hora de dormir, de sumergerse en el calor de unas sábanas amigas, bajo el abrigo de las mantas y con una noche entera para yacer rodeada de suavidad pero si

Donde quieras que estés, iré hacia ti

Mis pasos avanzan por este enimágtico sendero, no sé donde lleva, ni donde acabará el camino, no puedo vislumbrar su fin, largo parece ser el recorrido. Y entre sombras y pequeños haces de luz que se abren hueco entre las hojas reclamando su espacio y lugar, entre maleza, zarzas y arbustos, mis pies siguen avanzando sin temor a lo desconocido. Siento la compañía de la naturaleza y como un cortejo, me veo envuelta en cantares de pajarillos, entre murmullos de hojas que bailan al son del viento refrescada por el aroma de la tierra, la hierba y la humedad, envuelta en la esencia del universo. Un paso más, avanzar con interés, con tendencia, entusiasmada por tanta belleza que permanecía inexplorada, deleitándome en cada elemento, en sus particularidades, observando la delicadeza de la individualidad y disfrutando del todo. Un paso más y mi mérito habrá sido llegar hasta aquí. Meridien

Tu esencia en mí

Hoy el dia palidece ante mis ojos al ver tu retrato entre mis manos, no hay misterio escondido simplemente sigues siendo mi predilección. Te miro y recuerdo cada instante, cada sonrisa, cada mirada de complicidad, cierro los ojos para sentir tu tacto sobre mi piel, ese que quedó impregnado hasta las profundidades y en el silencio, escucho esos susurros de felicidad. No hay lugar a dudas, tu recuerdo permanece en mí como la llama en el fuego dándome calor, haciéndome sentir acompañada resguardándome del frío que se convierte en avalancha. El tiempo pasa muy deprisa y aunque entre nosotros siempre haya distancia, ésta empequeñece, con cada recuerdo, con cada palabra. No me permito estar triste por ello porque creo que es alegría lo que siento, quizás acompañada de añoranza quizás impregnada de ausencia, pero tu esencia corre por mi cuerpo como el perfume que me acompaña en el día a día. Y no olvido cuando me rodeabas con tus brazos ni cuando tus besos calmaban mi sed, no puedo olvidar tu

Cada vez más pequeña

De nuevo sentí que me abandonabas, que te alejabas a ciencia cierta, que anteponías tus deseos a cualquier muestra de afecto y sin pausa, te hacías inmenso. De nuevo sentí la voz de la soledad llamando a mi puerta con cierto grado de inexactitud, por qué ahora, por qué así, cuándo decidiste ser lo único que importaba hiriendo de nuevo mi corazón. No puedo volver a dejar que cambies cada instante de mi vida, a tu gusto, a tu placer, en el instante que tú quieras para así satisfacer tu ego y demostrar que llevas las riendas del poder. Cada caida resulta más grande, más dolorosa, llena de tristeza y desolación, los golpes y moratones forman parte de mis señales de guerra y aún así yo, sigo cayendo a tus pies, malherida, pequeña, sumisa. Meridien

Luz de luna llena

Noche de luna llena, donde la pasión se vuelve hechizo cautivando los corazones de aquellos que por su luz son seducidos. La atracción se vuelve tentación y la magia envuelve los deseos concedidos, sus cuerpos sucumben a su propia degustación, fascinado todos los sentidos. A flor de piel son descubiertos los deseos que se encarnan en besos y caricias, que por la piel se propagan, siendo el preludio de un frenesí colmado de intensidad. Impulsos que fomentan el clamor del deseo, que envuelven los cuerpos de un calor extremo, donde nada queda tibio y el arrebato se vuelve lujuria. Besos, caricias, lenguas jugueteando entre la humedad de sus bocas, manos descubriendo cada vergel en la efervescencia de su edén, mientras sus dermis se embriagan con acierto y la indiscreción queda relegada a un término. La percepción aumenta con la seducción que domina sus cuerpos y palabras, la excitación crece por momentos estimulando todo el deseo, animando a innovar, a descubrir,a inventar y ser creativo