Y aún te preguntas a qué espero para olvidarte,
para dejar de pensar en ti,
en tu cuerpo, en tus besos, en tus caricias,
tu recuerdo es tan grande
que no es fácil olvidarte,
tus besos quedaron tatuados en mi cuerpo,
tu aroma impregnado sobre mi piel,
cada una de tus caricias permanece en mi mente,
cada deleite en mi corazón,
son sensaciones que se retroalimentan en sueños
y viven con la esperanza por estandarte.
Recuerdo el sabor de tu boca, predilección de la mía,
la humedad de tu lengua y su ritmo al jugar en consonancia
en esos momentos idílicos,
recuerdo tus labios paseándose por todo mi cuerpo
como si buscaran un sabor en concreto,
degustando cada zona hábilmente visitada,
haciendo su recorrido tan placentero
que la piel se mostraba erizada con orgullo.
Recuerdo tus manos divirtiéndose con la mías,
recreándose en mis nalgas y pechos,
cogiéndome fuertemente por el cuello
al llegar al éxtasis de nuestros encuentros.
Recuerdo tus dedos desafiando mis adentros,
confiriéndome un placer ilimitado,
llevándome al cielo.
No puedo olvidarte o no quiero,
no hay duda que dejaste vestigio de tu estancia,
de tu permanencia a mi lado,
aún queda tu aroma exhalando deseo
y un eco de pasión desmesurada
que permanece constante en el tiempo.
Recuerdo cuando nuestros cuerpos se unían en uno de solo,
fusionándose,
intercambiando fluidos,
entregándose sin límites,
ambicionando ser la apetencia del otro
sin pedir nada a cambio que no se hubiera recibido.
Te recuerdo, no te olvido.
para dejar de pensar en ti,
en tu cuerpo, en tus besos, en tus caricias,
tu recuerdo es tan grande
que no es fácil olvidarte,
tus besos quedaron tatuados en mi cuerpo,
tu aroma impregnado sobre mi piel,
cada una de tus caricias permanece en mi mente,
cada deleite en mi corazón,
son sensaciones que se retroalimentan en sueños
y viven con la esperanza por estandarte.
Recuerdo el sabor de tu boca, predilección de la mía,
la humedad de tu lengua y su ritmo al jugar en consonancia
en esos momentos idílicos,
recuerdo tus labios paseándose por todo mi cuerpo
como si buscaran un sabor en concreto,
degustando cada zona hábilmente visitada,
haciendo su recorrido tan placentero
que la piel se mostraba erizada con orgullo.
Recuerdo tus manos divirtiéndose con la mías,
recreándose en mis nalgas y pechos,
cogiéndome fuertemente por el cuello
al llegar al éxtasis de nuestros encuentros.
Recuerdo tus dedos desafiando mis adentros,
confiriéndome un placer ilimitado,
llevándome al cielo.
No puedo olvidarte o no quiero,
no hay duda que dejaste vestigio de tu estancia,
de tu permanencia a mi lado,
aún queda tu aroma exhalando deseo
y un eco de pasión desmesurada
que permanece constante en el tiempo.
Recuerdo cuando nuestros cuerpos se unían en uno de solo,
fusionándose,
intercambiando fluidos,
entregándose sin límites,
ambicionando ser la apetencia del otro
sin pedir nada a cambio que no se hubiera recibido.
Te recuerdo, no te olvido.
Meridien
Comentarios