Siempre te preguntas por esa mirada de tristeza, por esa sonrisa escondida en el silencio, por ese horizonte que hay a mi alrededor, siempre te preguntas por ese silencio en manos de otros, por esa luz que quiere ser y no puede, por ese profundo abismo que me tiene atada a la nada, y siempre, te preguntas. Más las respuestas son inteligibles a tus miradas, a tus verdades, a tus sentimientos, somos distintos, diferentes, dispares, imposible de descifrar aquello que no desea su completa transparencia y se conforma con la claridad que emana. Sé que siempre te preguntas y no encuentras todas las respuestas, no puedes franquear la barrera de espinas que hirieron ese corazón que se clama abatido, no puedes porque no se deja, él es conocedor de su litigio y sus sentimientos enloquecen por no poderte decir al oido, aquello que señala su pequeño corazón. Y siempre te preguntas, y siempre queda un silencio. Meridien
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible