... cuéntame

No me preguntes como te olvidaré, no lo sé, nunca planifiqué este momento, esta etapa de nuestra vida que se cierne sobre nosotros, no me preguntes como olvidaré esos besos apasionados, no me preguntes como olvidaré esa miradas con las cuales me desnudabas, no, no lo sé. Hay tantos bellos recuerdos que son imposibles de borrar, de olvidar, no puedo suprimirlos sin más ni pensar que jamás estuvieron, porque sí, los sentí, los viví y quedaron en un rincón de mis recuerdos. No me preguntes como los apartaré de mis pensamientos, no puedo prescindir en estos momentos de ellos, han quedado tan aferrados a mí que ni la distancia los encuentra. Te has hecho tan natural en mi vida que eres una parte más, un fragmento de mí, indivisible en este espacio de tiempo, afianzado en las razones del corazón y en el juicio de mi cuerpo. No me preguntes como te olvidaré porque creo que no quiero. Meridien

Quisiste tener un ángel fruto de dos pero decían que tu vida corría peligro y no podrías jamás saber de su amor, te imaginaste su carita, sus ojos, su sonrisa, el tacto de su piel y el aroma con el cual en sueños te llenaste una y otra vez. Quisiste tener un ángel y te negaron de nuevo la posibilidad, decían que tu vida era más importante, no dieron más explicaciones, silencio sin igual, lo que nunca llegaron a imaginar es la tristeza con la cual te llenaron y de la cual no puedes desprenderte sin más. Quisiste tener un ángel y ahora nada te lo dará, los riesgos están presentes pero tú sabes que los borrarías sin más, por sólo disfrutar de un ángel que viniera de un amor sin igual. Meridien

Otro día más para confirmar que jamás me quisiste, que nunca irías más allá de ese telón que creaste y que sólo elevas para realizar tu función, fuiste un gran comediante, no tan buen actor, dejaste que me ilusionara para más tarde borrar cada una de mis sonrisas. No pensaste en los daños, ni de frente ni colaterales, no pensaste en las ilusiones que pisaste una y otra vez hasta convertirlas en polvo, no obstante soy yo culpable de cada momento, me dejé cautivar por esa seducción que resultó envenenada y me ofusqué por las atenciones que creía que me dabas, más lejos de la realidad, pues era yo la que atendía a todas tus peticiones, siempre servil, dócil, creyéndose feliz en una infelicidad enmascarada de palabras. Otro día más para morir sin morir. Meridien

Sigo sumergida en este mar de emociones que se contradicen una y otra vez, creando un laberinto de ideas que parecen no tener fin, resulta ser un desbarajuste en mi existencia, un desorden que jamás quiso ser y sin embargo creció en este galimatías que es ahora mi vida, en esta tergiversación de pensamientos que deambulan por mi mente, vagando sin rumbo fijo, sin norte. No encuentro el momento ni el lugar, ni siquiera el instante preciso, para desprenderme de esta angustia que se está enquistando, mas temo las posibles consecuencias, las de callar y omitir, las de hablar y decidir. El terror es tan grande que las fuerzas disminuyen por momentos y la debilidad se hace presente en forma de lágrimas y lamentos. No, no debe ser así, no se puede ir causando dolor por esta vida, ni para ti ni para mí, es una injusticia no reconocida. Meridien

Hoy cambiarán las cosas, lo sé, lo presiento, o todo o nada, estoy cansada de esperar, agotada de pensar que en ti quedan sentimientos, de intentar negar que no hay nada cuando para mí hay más de lo que puedo contener. Tú te limitas una y otra vez a recordarme que jamás te interesé y yo sigo como tonta, esperando poder ser. Y aunque desdichadas palabras fueron aquellas que salieron de mis labios llenos de fuego, ahora más que nunca, deben volver a su silencio. Mis ojos están cansados de llorar, mi corazón es un mar salado e inmenso, no puedo despertar de nuevo el dolor, no puedo, no quiero. Hoy cambiarán las cosas, lo sé, lo presiento. Meridien

Llegamos a un trato de exclusividad, tú para mí y yo para ti, y ahora ese compromiso se ha roto, pretendiste satisfacer tus necesidades sin contar que para recibir hay que dar, nuestra comunicación se perdió cuando la dependencia llegó y se hizo imperante en la relación, devorando cualquier sueño de libertad. El azar me llevó hasta ti pero tú estás consiguiendo alejarme, con tu predisposión a buscar más, a esperar más y hacerme sentir que quedé en un espacio finito. La teoría es parte de nosotros pero la práctica es la muestra de esa realidad que nos rodea, que nos muestra ese nivel inconsciente que abate nuestras vidas y acaba por evidenciar que nunca me correspondiste. Meridien

Me equivoco constantemente, erro en mis actuaciones sin premeditación, sin querer y sin pretensiones, pero aún así, sigo equivocándome. He desacertado una y otra vez con mi actitud, la cual quisiera fuera diferente ante ciertas circunstancias, mas no siempre resulta fácil y uno acaba confundido, engañandóse una y otra vez, pensando que las cosas pueden ser distintas y sí, acaban siendo insólitas, llenando muchas veces de tristeza tus esperanzas. Y todo resulta dudoso en esa ambigüedad que te rodea, en esa imprecisión tuya y de otros, en esa complicada tarea que es sobrevivir en una vida repleta de laberintos. Y sientes cada vez más esa saturación de pensamientos que vienen y van empachando tu ser, de inquietudes desacertadas que agotan tus ánimos y dejan tras de sí, un halo de abatimiento. Te preguntas por qué te equivocas con las personas y te llenas de consternación sin saberlo, quizás esperes más de lo que puedas recibir y sólo debas contemplar un poco de aflicción por aquellos que

Has cerrado la puerta de tu corazón para mí, pretendiendo olvidar la pasión que sentiste, quizás me equivoqué en esta observación y jamás sentiste nada. Los hechos han hablado en lugar de las palabras, el interés se dirige ahora hacia otras miradas, ya nada es demasiado para ti, quieres más, pretendes exclamar tu madurez mas sólo es una pincelada por definir. Sé que me enamoré de la sabiduría que encontré en ti, bajo esa capacidad de expresión y ese talento que muestras, sé que me conquistó tu corazón, con su ternura y su generosidad, pero también conozco las limitaciones que me marcaste y soy conciente que jamás serás para mí ni yo para ti, no hay tiempo para nuestra historia, ni siquiera creo que te lo tomaras en serio, las emociones han dejado su alocada carrera para centrarse en sobrevivir, en salir de ese pozo del desaliento que se ha hecho un lugar en mi corazón, en dejar atrás los victimismos y ser conscientes de esta realidad, has cerrado la puerta de tu corazón y sé que nunca

Todo cambia y nada permanece, todo evoluciona al compás que evolucionamos nosotros, no hay estática infinita, todo se transforma, la energía, la materia, los sentimientos, todo cambia y nada permanece, la reminiscencias son diferentes, los recuerdos se aprecian de forma distinta, nosotros somos diferentes. Todo cambia y nada permanece, sólo queda aquello que nosotros queremos consciente o inconscientemente y de una forma totalmente subjetiva, limitada a nuestras percepciones, a nuestra forma de sentir en aquel momento, en nuestra madurez o locura. Todo cambia y nada permanece, la luz y la oscuridad, el día y la noche, la tristeza y la alegría, tu y yo, nosotros, la vida, porque indudablemente, todo cambia y nada permanece. Meridien

Soy aprendiz del amor, de ese sentimiento tan extenso que se hace infinito en el espacio y tiempo y que sólo nosotros acotamos para amortiguar su ser intenso. Soy aprendiz del amor, de todas sus cualidades, de todos sus rasgos, los definidos y los indefinidos, los concretos y los por concretar, de su tilde apasionada, o de su tierna y dulce personalidad. Soy un simple principiante que busca al amor mirando al horizonte, buscando sus cualidades para hacerlas suyas y sentirlas como si le pertenecieran, llenándose de él, rebosando parte de su esencia, desprendiendo su aroma dulce y sus trazos de pasión. Soy un simple aprendiz que se enamoró imparcialmente de un sentimiento, que nunca fue neutral en este sentido y descubrió su propósito cuando se rindió ante el amor prometido. Meridien

Busco entre apariencias la manera de no amarte tanto, de no caer una y otra vez en la tentación de tus brazos y sucumbir ante esos besos que mi cuerpo anhela y mis labios esperan con tanta ansiedad, alborotados, clamando su derecho a ser besados. Busco la forma de no rendirme ante ti, una y otra vez, de intentar apagar esta llama de deseo que se acrecenta, que aumenta a un ritmo muchas veces incontrolable, que se vuelve huracán y a la misma vez volcán, una pasión que me sugiere de nuevo amarte. Busco la forma de distanciar tu recuerdo de mí, de sentir de lejos que te quiero y que puedes ser lo que yo sueño, busco la forma de apaciguar mis ganas de tenerte, de disminuir esa extraña sensación de amor que me invade y que me lleva a confesarte en voz baja que eres importante para mí. Busco la forma de silenciar a este corazón inquieto, a estos suspiros que salen de mi interior, a este deseo que atormenta mis días y dulcifica mis noches, busco la forma de aprender a dejar de amarte. Meridie

Hoy las palabras quedaron silenciadas, enmudecidas por las acciones que las cobijaron, ocultas detrás de silencios enmudecidos y actitudes que eran inconnexas. Hoy pedía más que nunca tu voz en mis oidos, el latido de tu corazón sobre mi pecho y tus besos endulzando mi boca, al menos el silencio sería dulce y se llenaría de sentimientos, pero tú te mantenías distante, ausente a todo contacto. Silencio, silencio, ese desliz que debía estar lleno de amor para ti tan sólo es pecado, lo consideras una falta, un fallo y reniegas del momento y enmudeces para errar de nuevo, porque crees que te has equivocado y no sabes asumir que tan solo te has enamorado, pero tu actitud debe ser firme y por ello amordazas a tu corazón, acallas tus sentimientos y silencias cualquier prueba de amor, ya sea una mirada, una palabra o una acción, porque hoy descubriste que si volvieras a nacer repetirías y te dejarías llevar por el corazón, largo recorrido, palabras llenas de sueños, sueños llenos de amor, sile

Te niegas a seguir tus impulsos por temor a sentir algo que se convierta en sublime, te niegas a reconocer que hay algo de interés y evades la complicidad de caricias que implican amor, te niegas a tener la libertad que tu ser reclama, y decides rendirte ante las barreras de la sociedad, ante el juicio de otros, ante las decisiones que nunca fueron tuyas pero que acabaste haciendo propias. Te niegas a sentir más, a tener un conocimiento distinto de la vida, de ti mismo, de tu interior, te niegas ser y estar, te niegas a ti mismo, por temor, por miedo, por recelo a descubrir que puedes sentir algo que jamás sentiste, por temor a imaginar algo mejor y saber que existe, te niegas una y otra vez. Meridien

Larga es la noche cuando tú no estás cerca cuando tu aroma sólo está en mi memoria, cuando tu tacto es una huella en mi piel y tus besos son un recuerdo impregnado en mis labios, larga es la noche cuando mi pensamiento es único y se compone todo de ti, cuando mi cuerpo te reclama incesante y mi piel exige en voz alta tu presencia. Larga es la noche y las demandas crecen para pedir por ti, protestando en la oscuridad, manifestándose en forma de un creciente deseo cada vez más fuerte, que mana desde el interior floreciendo en forma de sueños, de una apetencia con claras pretensiones, amarte, seducirte, gozarte, yacer a tu lado intempestivamente, una reminiscencia de esos momentos compartidos y que fueron las delicias de nuestros deseos, cautivos del sabor de ambos, seducidos mutuamente, complacidos en el júbilo de sus apetencias. Larga es la noche cuando pienso en tu lengua recorriendo todo mi cuerpo, cuando tu sexo busca el hogar de mi sexo y se complementan uniéndose en un acto sexual

Soy presa del sabor de tu boca, del tacto de tus labios, de la humedad de tu lengua y de su textura, soy presa de la suavidad de tu piel y del calor que emana tu cuerpo, de tus miradas que hacen arder mi cuerpo y ponen mis hormonas en ebullición, soy presa de tus palabras y de la intensidad de tus caricias, soy presa de tus acciones y de la conquista de tus manos, de tus brazos, de todo tú, soy presa de ti, soy, tu presa. Meridien

Duras son las palabras de aquellos que no saben de la vida, de los sentimientos de las personas y de la calidez humana de sus miradas y sonrisas, duras son las palabras de aquellos que no oyen nada más que sus dictaduras y se creen abanderados de una verdad que es sólo suya, duras son las palabras de aquellos que no las miden y se dejan llevar por su hipocresía, por sus ansias de ganar a toda costa y de sobresalir por encima de la humanidad de otros, duras son sus palabras que acaban en hechos sin sentido, pisoteando a aquellos que se interponen en su camino, acechando a sus presas para luego acabar con ellas de una forma implacable, a veces lentamente, a veces con un golpe seco que acaba quemando cualquier esperanza de sobrevivir. Duras y dolorosas para aquellos que las reciben sin piedad, oprimiéndolos, asfixiando su aliento de esperanza, silenciando sus voces o simplemente entristeciendo sus miradas, apagando esa luz que replandecía en sus adentros, haciéndolos sentir cada vez más p

Una vida llena de borradores, de sueños incompletos y experiencias por descubrir, de deseos no consumados y de ganas de vivir. Un alma que busca su vida como la brújula busca su norte, esperando orientarse hacia la luz y llenarse de esa plenitud que le da el magnetismo del amor. Escribe cada día un verso, una línea de pasado, una frase con futuro o simplemente un punto en el presente, borrador tras borrador, la vida se va llenando y vaciando, entre hojas en blanco, entre palabras escritas y borrones acusados, todo por una causa, todo por vivir la vida y ser consciente de este mundo donde su alma habita. Meridien

Silencio, cuando omites hablar con tu voz, con tu mirada, con tu tacto, con tu presencia, silencio, cuando te alejas hacia el horizonte, cuando tu presencia no es evidente cuando el silencio llena espacio, tiempo y mente, entonces, sólo hay silencio. Silencio insepulto, silencio mudo, silencio, silencio. Silencio, cuando tu aroma es imperceptible, cuando el desierto crece en tu interior, silencio que emana y crece, silencio entre los dos. Silencio, silencio. Meridien