Hola mamá, no han pasado ni unas horas desde que te fuiste y ya te hecho de menos. Nada es lo mismo sin ti, sin tu sonrisa, sin tus ganas de vivir, sin tu mirada siempre dulce y acogedora. Ahora el silencio llena la casa y este dolor que siento en mi corazón me desborda y me deja sin palabras. Nunca imaginé esta despedida, ni esta sensación de tristeza que me inunda, no estaba preparada para perderte, para que te fueras tan pronto y tan rápido. La vida es dura, te da y te quita cuando menos te lo esperas, pero es tan valiosa que nos aferramos a ella hasta el último suspiro. Hoy tu corazón ha dejado de latir y tu vida se ha apagado como una estrella fugaz, pero tu esencia, tu recuerdo y tu gran amor permanece en cada uno de nosotros. Sé que hay que ser fuerte, me lo digo una y otra vez, pero las lágrimas queman mi piel y mi corazón se despedaza con cada pensamiento… pero la vida sigue y hay que superar este difícil momento. Mamá, donde estés, ya sabes que te queremos. Ya sabes que h
Tengo el corazón lleno de cicatrices, las huellas de tantas heridas que curaron y algunas que aún faltan de curar, no es un corazón perfecto, y aún así es único y maravilloso, sin él no puedo vivir. Miro de alimentarlo saludablemente, de curarlo con tiempo, sin prisas, de nutrirlo de buenas experiencias y avivarlo con amor, con amor del bueno. Ahora ya no importan sus cicatrices, porque ya pasaron a mejor vida, ahora son sólo huellas de recuerdos y la marca de batallas ganadas. Ahora importan las heridas, esas pendientes de sanar, esas que reclaman ser oídas, escuchadas y aliviadas de tanto dolor, ahora importa el cariño, su fortaleza y vigor, ahora importa mantenerlo saludable y que nunca le falte el amor. Tengo el corazón lleno de cicatrices y sigue siendo tan o más bello que cualquier otro corazón. --> -Meridien 2018-