Hoy eliminé algunos recuerdos que guardaba, quise airear el presente que me rodeaba, dejar de lado aquellas palabras que me herían, pero también las que me reconfortaban, decidí romper cada una de las cartas que con tanto ímpetu guardaba, aquellas que me servían para recordar cuando mi mente olvidaba, y saber quien era importante para mí, quien me hacía sufrir y quien me amaba sin fin, decidí que ya no volvería a leerlas, que no debía importarme el pasado de esa manera, que debía renovar las ilusiones, los sentidos y las apreciaciones, descubrí que eso dolía, pero también supe que un día lo olvidaría. No sé si hago bien o mal, tan sólo sé que ya está hecho, que no hay vuelta atrás, y mientras, las cartas, las palabras y los hechos, van desapareciendo, consumiéndose en este inesperado final, final sin vuelta atrás. No debo vivir un eterno pasado porque ya no és, ya no está, ocurrió en su tiempo sin más, el tiempo pasa, sucede, no tiene esperas, y las personas cambian, sus sentimientos c
las historias, las palabras, los pensamientos, las inquietudes, los sentimientos... muestran nuestra humanidad más allá de lo predecible